Khadija y el agua

Por Luisa Cullurà

Khadija © Luisa Cullurà

Khadija © Luisa Cullurà

¿Tiene voz el agua? Khadija no lo sabía, y se lo pregunataba incesantemente. Era una curiosidad insistente, una presencia constante que le quitaba el sueño y, algunos días, también el hambre.Ya había hablado con el viento, varias veces. El siroco, señor del sur, le contaba aventuras de corsarios y veleros flotando sobre altas olas azul tormenta; el lebeche que danza con las dunas le traía los saludos de los granillos de arena, la brisa de otoño le susurraba al oído melancólicas sílabas.

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